La vela constituye un deporte náutico, cuyo desafío consiste en mantener el control de una embarcación que es empujada por medio del viento golpeando de forma adecuada sus velas. Cuando se realizan competiciones a vela, se les denomina regatas. La navegación deportiva tiene sus orígenes en Holanda o concretamente en Países bajos. Sin embargo, como competición registrada de manera formal y sistemática, se sabe que se inicia en Inglaterra.
A mediados de los años 1800 Estados Unidos decide enviar una embarcación para poder competir en Europa, específicamente en Inglaterra, obteniendo el primer lugar de entre 14 competidores, e iniciando con ello la era de la famosa Copa América.
Las embarcaciones que son denominadas de vela ligera tienen ciertas medidas y pesos aprobados por las entidades que se encargan de regular las competiciones y el desarrollo general de este deporte, y deben ser varadas en tierra firme tanto antes como después de las competencias. El uso de materiales modernos ha logrado que haya mayor rapidez y mejor maniobrabilidad en la actividad.
Apostarle a la navegación a vela es buscar la promoción de la libertad de movimientos en el agua, sin ruidos extraños ni olor a combustibles. Es el encuentro dentro de un deporte y aventura, de una vida pacífica y tranquila, donde sientes la emoción ineludible de dominar las olas y los vientos con la sola destreza adquirida y la percepción desarrollada.
Navegar en estas condiciones elementales constituye un verdadero arte, ya que maniobrar las naves impulsadas por medio de un motor con combustible es, en cierto punto, predecible, aunque sabemos que el mar con su fuerza natural otorga sorpresas innumerables, pero navegar con el solo impulso del viento, sin motores, implica poseer un olfato especial y el conocimiento práctico de cómo colocar el mástil, de cómo girar o virar y de qué manera evitar que la embarcación, en ciertas condiciones, se vuelque.
Muchas personas, en esta era de la globalización y de las carreras de la vida cotidiana, están buscando una vuelta a la naturaleza por medio de actividades deportivas y desconocen las maravillas de este deporte. Si le apuestas a promover esta actividad, podrás obtener grandes recompensas en satisfacción y, si administras bien, económicas, pues estás ante un mercado amplio que disfrutará de esta inmersión en la naturaleza, donde los límites son el viento y los alimentos que se puedan llevar. No estarán atados a la cantidad de combustibles para manejarse en el manto de agua elegido.
Toda persona que guste del agua y de las aventuras puede iniciarse y profundizar en este arte, pero muchas de ellas no saben por dónde empezar. Por ello hay grandes ocasiones y oportunidades en iniciar este tipo de enseñanza y negocio, donde puedes rentar, enseñar, acompañar a los amantes de las aventuras en el mar y de las cosas bellas de la vida.
Todo tiene un principio, y es allí donde debes iniciar: los conocimientos elementales de navegación, cómo mantener la postura vertical. Cuáles son las partes que complementan un velero, lo cual dará seguridad. Qué hacer en ciertas circunstancias específicas, cómo hacerlo y en qué momento para evitar problemas serios.
Como promotor de esta maravillosa actividad, debes enseñar a interpretar o “leer” el viento, pues es información crucial para poder avanzar. Qué hacer en caso de emergencias, cómo actuar en casos extremos que se presentarán. Cómo registrar los eventos en una bitácora o diario de viaje, y cuál es su utilidad. Qué hacer y cómo navegar cuando hay demasiada niebla, cuáles son las claves más usadas en esta actividad, qué son las artes de la navegación. Cómo darle el mantenimiento apropiado a tu embarcación y en qué momentos. Qué reglas seguir para evitar colisiones, pues es necesario, cuáles son las señales de solicitar ayuda o socorro; qué hacer si uno de tus acompañantes cae al agua, cómo realizar el anclaje de la embarcación para evitar seguir avanzando en momentos de descanso o de gran oscuridad. Cómo hacer las listas de verificación, y todo lo relativo a seguridad. Incluso hay información importante sobre qué hacer en caso de huracán, algo que se espera nunca suceda, pero que está dentro de las posibilidades.
Ante todo este panorama, puedes ver la vitalidad que inocula el apostarle a la navegación, con un mundo de oportunidades y satisfacciones por delante.
Hemos visto cómo la afición por este deporte está en pleno crecimiento. Los aficionados saben que deben perfeccionar sus técnicas de navegación antes de llevar a su familia o amigos, pues es una gran responsabilidad, y aunque es una distracción, una aventura, no es un juego de azar donde se pueda exponer la vida propia y la de los demás por impericia o negligencia.
Las travesías de enseñanza son sumamente útiles a la hora de aprender in situ las acciones de este deporte, y ellas pueden variar en tiempo y en distancias, e incluso en grados de dificultad. Solamente en la práctica, en la acción, se aprenderán movimientos y giros de navegación, tales como fondeo, trimado de velas, atraque y desatraque, navegación nocturna, manejo de radio. Conocer cuáles son las comidas apropiadas también es algo elemental.
En conclusión, poder ver el cúmulo de oportunidades que se presentan en este apasionante deporte, gozar de la actividad en sí misma, enseñar y facilitar elementos para su práctica y, además obtener logros personales y económicos es un verdadero paraíso laboral y de ocio que reditúa de más las actividades que se desarrollen.