Es posible que haya personas que estén pensando en adquirir un barco y se encuentren dudando entre la conveniencia de que éste sea de motor o impulsado por vela. Es una decisión importante, pero no existen unas pautas fijas para decidirse por una u otra opción.
De hecho, existen muchas personas que han disfrutado toda su vida de un velero y después de muchos años se han pasado al motor y otros han hecho el recorrido contrario, simplemente por el placer de cambiar el tipo de navegación.
Lógicamente, ambas opciones presentan unas ventajas y desventajas que habrá que valorar para acabar decidiendo la elección a tomar. En cualquier caso, en contra de lo que puedan pensar algunas personas, navegar a vela no convierte de manera automática a nadie en mejor navegante que los que lo hacen a motor. Las dos navegaciones son diferentes pero el fin no puede ser sino uno único, como es disfrutar del mar y todo cuanto nos ofrece.
Las características de la navegación a motor
En relación con la navegación a motor existe una amplia gama, desde los potentes fuerabordas de gasolina, ideales para la práctica del esquí acuático, pilotajes emocionantes o breves trayectos en jornadas de pesca, las lanchas diésel para realizar deportes acuáticos, los barcos tradicionales de navegación “slow”, los pequeños cruceros que recorren el litoral y nos permiten pernoctar anclados o los lujosos grandes yates. En ellos, podemos citar unas desventajas objetivas, como son:
- El combustible. Cuanto más potente y rápido sea nuestro barco a motor, más caro será alimentarlo.
- Para garantizar un estado perfecto del barco será preciso un mantenimiento adecuado en manos de un especialista.
- Si pretendemos recorrer grandes distancias, tenemos que tener en cuenta la limitación de autonomía y la necesidad imperiosa de repostar si queremos seguir navegando.
Sin embargo, presenta una serie de ventajas nada despreciables:
- La navegación a motor resulta bastante más sencilla, ya que no son necesarias complicadas maniobras ni hace falta un elevado número de tripulantes.
- Resulta ideal para las personas que no disponen de una gran cantidad de tiempo libre, puesto que los desplazamientos se realizan a mayor velocidad.
- Nos traslada de forma rápida a los lugares que deseemos, sin tener que depender de la existencia o no de viento, lo que nos permite establecer unos horarios.
- Las singladuras suelen ser más cómodas, ya que las embarcaciones son más espaciosas. La habitabilidad y el confort suele ser superior a la que caracteriza a los barcos de vela.
Las peculiaridades de la navegación a vela
En relación con los barcos impulsados por vela, los modelos son diferentes según el tipo de navegación que pretendemos hacer, ya se trate de cruceros por la costa, regata o navegación de altura. Si hablamos de este tipo de navegación a vela, las ventajas que nos puede reportar están relacionadas con aspectos como:
- La absoluta independencia que nos ofrece y la posibilidad de poder perdernos en el mar y en contacto con la naturaleza durante largas temporadas, porque la autonomía es mucho mayor al ser su combustible el propio viento. En resumen, un combustible gratuito y ecológico.
- Permite disfrutar con plenitud de la tranquilidad y la libertad que proporciona el deslizamiento a través del viento.
- La navegación es silenciosa y relajante, con una integración absoluta con el medio.
- La navegación a vela nos lleva a los mismos lugares, o incluso más lejos que la de motos, aunque debamos invertir mayor tiempo.
- Es la forma más antigua y probablemente más romántica de navegar.
Pero, este tipo de navegación también cuenta con sus desventajas:
- Es necesario que la tripulación tenga una mayor preparación técnica y un número de tripulantes que determina la eslora del barco. Para capturar el viento con las velas se requieren maniobras más trabajosas y la habitabilidad a bordo es inferior.
- La meteorología tiene una influencia definitiva en la navegación a vela. Primero, porque es fundamental el conocimiento del viento y segundo, por el tiempo que se deberá invertir en cada singladura a bordo.
- Nos obliga a singladuras bastante más largas, algo que no se pueden permitir las personas que tienen el tiempo limitado.
- El mantenimiento de un barco a vela conlleva, por lo general, una mayor complejidad, a pesar de que el motor sea más simple. Hay que revisar continuamente las jarcias, las velas o los cabos.
- La eslora determinará un papel primordial en su habitabilidad y comportamiento. Se puede establecer, como regla general, que el incremento de eslora repercute en menor movimiento, más velocidad y comodidad, pero exige un presupuesto bastante mayor, por los gastos asociados de amarre y mantenimiento.